miércoles, 28 de mayo de 2008

Semana 52: Conclusión


Ya acabó la macrosaga de DC, después de cincuenta y dos accidentadas entregas semanales, y es hora de hacer balance.

La historia
52 no es una mala saga, pero tampoco es excelente. Es una serie regular, con un aprobado alto y con, eso sí, grandes momentos. La sensación general es el de una historia con altibajos e innecesariamente alargada. Sinceramente, se podría haber explicado lo mismo en menos espacio (y tiempo), y parte de la culpa es la periodicidad semanal, que ha provocado la inclusión de algunas mini-tramas realmente prescindibles y de números bastante insulsos. 52 habría funcionado mejor como una mini-serie mensual de 12 especiales de 48 páginas, que le habría dado más consistencia a la historia y mayor dinamismo.

Los autores
Hacer un cómic de entrega mensual no es tan fácil como parece. Si la periodicidad es semanal, el esfuerzo es titánico, y realmente es digno de elogio. Primero, por parte de los guionistas, que deben dar cohesión y coherencia a todo lo que se nos relata, y desde aquí sólo cabe felicitar tanto a Johns, a Morrison, Waid y Rucka por su trabajo. Y lo mismo es válido para todos los dibujantes que han participado en el proyecto, apoyados por el trabajo de coordinación de Keith Giffen (a cargo de los bocetos) que ayuda a dar un aspecto compacto a la obra, al menos en cuanto a estilo.

La excusa
Si existe una regla de oro en el comic americano de superhéroes, esa es renovarse o morir. Ya desde hace tiempo Marvel y DC intentan que sus franquicias se adapten a los nuevos tiempos y gustos de los lectores, y eso implica modificar y adaptar sus series a los tiempos que corren. 52 es la excusa de DC para ello, intentando además de dar coherencia a su vasto plantel de personajes, crear un universo de bolsillo, que sea fácil de entender para cualquier recién llegado, sea lector, dibujante y, especialmente guionista. Así, 52 planta las bases de lo que (si no cambia en un futuro cercano) es el nuevo multiverso DC: 52 realidades diferentes, 52 universos paralelos, algunos perfectamente definidos, otros tan sólo abocetados, muchos por inventar.

Conclusión
52 es una saga necesaria para todo aquel fan del universo DC y podría ser un excelente punto de partida para cualquiera que quiera empezar en él, pero la extensión de la obra es un punto en contra para el público nuevo. El exceso de ambición, el forzar a 52 entregas semanales la historia sólo por rizar el rizo convierten lo que podría haber sido un clásico moderno en una saga más.

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