jueves, 16 de diciembre de 2010

Con los cables cruzados

Los Cruzados también celebran la Navidad
   Glénat, tras publicar en el sello Pop Corn los cómics 303, Wormwood y Streets of Glory, nos ofrece una obra más del irreverente guionista irlandés Garth Ennis, el apocalíptico Crossed.

   Un día cualquiera, sin que se sepa cómo ni porqué, la gente se vuelve loca. Las calles se llenan de violentos posesos decididos a desatar sus más bajos instintos. O lo que es lo mismo, se produce una suerte de apocalipsis zombi pero con infectados en lugar de muertos vivientes. Ennis nos relata las desventuras de un grupo de personas que intentan sobrevivir, ya sea de los poseidos/infectados, los Cruzados, o del resto de los humanos que intentan salvarse a cualquier precio, o a sus propias decisiones, no siempre acertadas.

  A estas alturas, a nadie se le escapará el parecido con Los Muertos Vivientes de Kirkman. Pero las semejanzas acaban ahí. La fuerza del relato de Kirkman radica en no ser más explícito de lo debido, en profundizar en la psicología de los personajes. Ennis opta por el espectáculo sangriento, en ir directo al grano sin rodeos ni vacilaciones, y los personajes son meros objetos, marionetas a desechar una vez se ha cansado de jugar con ellas. Las apariciones y fallecimientos de los personajes son tan rápidas que uno no lamenta su pérdida, y los destripamientos, amputaciones y violaciones son tan frecuentes que, en lugar de horrorizarlo o asquearlo, acaban inmunizando al lector.

   En definitiva, aunque Crossed es un cómic de lectura recomendable con algunas buenas ideas y momentos decentes, es demasiado irregular y apresurado, y no se aguanta ante la inevitable comparación con Los Muertos Vivientes de Kirkman que, paso a paso, se está convirtiendo en un clásico moderno por derecho propio.

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