viernes, 18 de febrero de 2011

The Walking Dead: el duro oficio de adaptar

Del cómic... a la pequeña pantalla
   A estas alturas muchos de vosotros ya habréis visto The Walking Dead, la adaptación televisiva de Los Muertos Vivientes, el excelente cómic creado por Robert Kirkman y publicado aquí por Planeta. Y una vez más surgen las eternas cuestiones sobre cual de los dos es mejor, si la copia es fiel al original, si las omisiones o añadidos son necesarios... El duro oficio de adaptar.

   Como las traducciones, adaptar es traicionar. Cada medio (cine, televisión, literatura, cómic, etc) tiene su propio lenguaje, ritmos y recursos narrativos propios. Por lo tanto es lógico, natural y recomendable que en ese trasvase de un medio a otro el original sufra algún que otro cambio, ya sea añadiendo o quitando aquello que pueda lastrar la narración de la historia en el nuevo medio. Tampoco debemos olvidar que la adaptación tiene detrás a un autor que, a poco que tenga personalidad propia, nos querrá mostrar su visión sobre el original. Y ello no debería sorprendernos ni molestarnos, pues una buena adaptación es de hecho una nueva obra. Si trasladamos el debate al ámbito humano, sería como comparar padres e hijos: es natural que los niños se parezcan a sus progenitores, pero no es bueno que sean iguales.

   Entonces, ¿cual es el límite? ¿Qué cambios son válidos y cuales no? ¿Qué debe conservar y respetar la nueva versión del original? El mensaje. Toda historia intenta transmitir una idea, un concepto. Por simple que sea. Y este debe permanecer, claro y diáfano, en la adaptación. ¿Y en el caso de Walking Dead? Partamos de la base de que, con sólo seis episodios emitidos, es demasiado pronto para emitir una valoración, y creo sinceramente que para ser justos con la serie debemos esperar a ver la segunda temporada. Lo visto hasta ahora tiene muy buena factura y un gran despliegue de medios, y la convierten en una de las sorpresas de la temporada. Sin duda es un buen producto. Pero, ¿es una buena adaptación? De momento, la respuesta es no. A mi parecer, la serie va de más a menos en cuanto a fidelidad al mensaje original de Los Muertos Vivientes. La base de la obra de Kirkman reside en sus personajes, que son los verdaderos protagonistas, y no en los zombis, que son una mera excusa para indicarnos que el verdadero enemigo somos nosotros mismos, y que la Humanidad, como concepto, ya no existe ("Nosotros somos los muertos vivientes"). En The Walking Dead no es así, y lentamente el  protagonismo va pasando de los personajes principales a los podridos y a las causas que han llevado a la humanidad al holocausto, explorando caminos ya muy trillados (pero que posiblemente posibilitan mejores audiencias). Esperemos que en los episodios venideros la serie recupere el rumbo que, de momento, ha perdido.

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