Del cómic... a la pequeña pantalla |
A estas alturas muchos de vosotros ya habréis visto The Walking Dead, la adaptación televisiva de Los Muertos Vivientes, el excelente cómic creado por Robert Kirkman y publicado aquí por Planeta. Y una vez más surgen las eternas cuestiones sobre cual de los dos es mejor, si la copia es fiel al original, si las omisiones o añadidos son necesarios... El duro oficio de adaptar.
Como las traducciones, adaptar es traicionar. Cada medio (cine, televisión, literatura, cómic, etc) tiene su propio lenguaje, ritmos y recursos narrativos propios. Por lo tanto es lógico, natural y recomendable que en ese trasvase de un medio a otro el original sufra algún que otro cambio, ya sea añadiendo o quitando aquello que pueda lastrar la narración de la historia en el nuevo medio. Tampoco debemos olvidar que la adaptación tiene detrás a un autor que, a poco que tenga personalidad propia, nos querrá mostrar su visión sobre el original. Y ello no debería sorprendernos ni molestarnos, pues una buena adaptación es de hecho una nueva obra. Si trasladamos el debate al ámbito humano, sería como comparar padres e hijos: es natural que los niños se parezcan a sus progenitores, pero no es bueno que sean iguales.
Entonces, ¿cual es el límite? ¿Qué cambios son válidos y cuales no? ¿Qué debe conservar y respetar la nueva versión del original? El mensaje. Toda historia intenta transmitir una idea, un concepto. Por simple que sea. Y este debe permanecer, claro y diáfano, en la adaptación. ¿Y en el caso de Walking Dead? Partamos de la base de que, con sólo seis episodios emitidos, es demasiado pronto para emitir una valoración, y creo sinceramente que para ser justos con la serie debemos esperar a ver la segunda temporada. Lo visto hasta ahora tiene muy buena factura y un gran despliegue de medios, y la convierten en una de las sorpresas de la temporada. Sin duda es un buen producto. Pero, ¿es una buena adaptación? De momento, la respuesta es no. A mi parecer, la serie va de más a menos en cuanto a fidelidad al mensaje original de Los Muertos Vivientes. La base de la obra de Kirkman reside en sus personajes, que son los verdaderos protagonistas, y no en los zombis, que son una mera excusa para indicarnos que el verdadero enemigo somos nosotros mismos, y que la Humanidad, como concepto, ya no existe ("Nosotros somos los muertos vivientes"). En The Walking Dead no es así, y lentamente el protagonismo va pasando de los personajes principales a los podridos y a las causas que han llevado a la humanidad al holocausto, explorando caminos ya muy trillados (pero que posiblemente posibilitan mejores audiencias). Esperemos que en los episodios venideros la serie recupere el rumbo que, de momento, ha perdido.
Entonces, ¿cual es el límite? ¿Qué cambios son válidos y cuales no? ¿Qué debe conservar y respetar la nueva versión del original? El mensaje. Toda historia intenta transmitir una idea, un concepto. Por simple que sea. Y este debe permanecer, claro y diáfano, en la adaptación. ¿Y en el caso de Walking Dead? Partamos de la base de que, con sólo seis episodios emitidos, es demasiado pronto para emitir una valoración, y creo sinceramente que para ser justos con la serie debemos esperar a ver la segunda temporada. Lo visto hasta ahora tiene muy buena factura y un gran despliegue de medios, y la convierten en una de las sorpresas de la temporada. Sin duda es un buen producto. Pero, ¿es una buena adaptación? De momento, la respuesta es no. A mi parecer, la serie va de más a menos en cuanto a fidelidad al mensaje original de Los Muertos Vivientes. La base de la obra de Kirkman reside en sus personajes, que son los verdaderos protagonistas, y no en los zombis, que son una mera excusa para indicarnos que el verdadero enemigo somos nosotros mismos, y que la Humanidad, como concepto, ya no existe ("Nosotros somos los muertos vivientes"). En The Walking Dead no es así, y lentamente el protagonismo va pasando de los personajes principales a los podridos y a las causas que han llevado a la humanidad al holocausto, explorando caminos ya muy trillados (pero que posiblemente posibilitan mejores audiencias). Esperemos que en los episodios venideros la serie recupere el rumbo que, de momento, ha perdido.