Superior, en acción |
Si existe un nuevo Rey Midas del cómic, ese hombre sin duda es Mark Millar, guionista que convierte en oro todo aquello que toca. Esa es sin duda un arma de doble filo, ya que una parte de los fans y la crítica esperan cada día más de él y, por otra, existe también una malsana tendencia (por parte de algunos) a que su próximo proyecto sea un fracaso o no supere las expectativas creadas. Quienes esperen eso último, no lo encontrarán en Superior.
Superior es un homenaje a la era dorada de los superhéroes, y al superhéroe por excelencia: Supermán (aunque por algunos detalles que no desvelaremos, también es un velado homenaje a otros personajes de esa época, como Shazam). Es también un homenaje a todos los que, de niños, leímos tebeos y deseamos en más de una ocasión convertirnos en el héroe. El protagonista, Simon Pooni, es un niño afectado por esclerosis múltiple al que se le concede el deseo de convertirse en Superior, un superhéroe aparentemente invulnerable, con todo tipo de poderes y habilidades metahumanas. ¿Quien, en sus circunstancias, no aceptaría? Pero como dice el refrán, cuidado con lo que deseas, ya que podría hacerse realidad. Y en caso de hacerse real, ¿a que estarías dispuesto a renunciar para conservar tu deseo?
A los lápices tenemos a Leinil Francis Yu (que casualmente fue el responsable artístico de Superman: Legado), un artista brillante, con estilo particular y espectacular, que se encuentra como pez en el agua con el relato que le brinda Mark Millar. Dinámico cuando toca, explícito y tenebroso si el momento lo requiere, Leinil Francis Yu ha disfrutado con este encargo y nos lo transmite.
Superior es un cuento de hadas disfrazado de cómic de superhéroes, mágico y cruel a la vez, con pequeñas moralejas y diferentes visiones de lo que debe ser en realidad un héroe, se tengan poderes o no. Pero sin moralina, ya que por encima de todo busca que pasemos un rato entretenido. Leedlo y disfrutad.