El pasado sábado 10 de Mayo inauguramos nuestro
Ciclo Nuevos Autores, un espacio que queremos dedicar a todos los creadores que están empezando a dar sus primeros pasos en el mundo del cómic y la ilustración. Y a él acudieron
Sergio Sierra (guionista) y
Meritxell Ribas (ilustradora), autores de
Pincel de Zorro, que además de la inevitable sesión de firmas, charlaron con los asistentes sobre su obra y su reciente experiencia en el campo de la autoedición.
La técnica: el grattage
Las ilustraciones de Pincel de Zorro están realizadas mediante grattage. La superficie de trabajo es una delgada placa de yeso recubierta por una fina capa de tinte negro, y la técnica consiste en rascar dicha superficie, como si de un grabado se tratase, para (des)dibujar. Es una técnica delicada, ya que prácticamente no permite rectificación, y cualquier error puede dar al traste con una ilustración que de media conlleva unas 18 horas de pacienzudo trabajo.
El cuento ilustrado: ese mundo
Uno de los obstáculos que encontraron una vez acabada la obra, aparte de ser autores nóveles y por lo tanto no disponer de curriculum, fue encontrar editor que la publicase tal cual, sin censura de ningún tipo. Y aquí aparecieron los primeros problemas. El cuento ilustrado, según las leyes actuales de mercado, debe estar dirigido a un público infantil (por no decir infantilizado), debe ser políticamente correcto y debe tener una finalidad pedagógica antes que lúdica. En resumen, ha de ser simple, soso y aburrido.
Pincel de Zorro no encaja en ese perfil, y la opción de la autoedición apareció como la única salida posible.
Autoedición: el autor como empresario
La solución para que
Pincel de Zorro viera la luz tal y como querían sus autores fue crear una editorial propia,
Ediciones Ondina. Tras los insufribles trámites burocráticos, llegó el momento de maquetar la obra. Para reproducir los delicados dibujos sin que se perdiera detalle alguno (la escala del libro con respecto a los originales es 1:1), y después de varios fallidos intentos, se optó por la fotografía digital. Superado el obstáculo, le llegó el turno al guión, que tuvo que sufrir alguna que otra (pequeña) modificación a fin de que el texto encajase en la maqueta. Una vez impreso, sólo quedaba distribuirlo al mayor número de librerías y... esperar.
Pincel de Zorro: el éxito
En el alocado mundo actual de las librerías, especializadas o no, en el que una novedad dura apenas una o dos semanas a la venta, sacar un libro nuevo, hecho por unos autores noveles y publicado por una editorial desconocida, es una auténtica temeridad. Y aquí entra en escena el librero que, o bien debe tener un criterio afinado o bien debe estar atento al boca-oreja, y luego tener el suficiente oficio para recomendar esa nueva obra a sus clientes. En ese aspecto, Pincel de Zorro no ha caido en saco roto: ya va por la segunda edición en castellano, la primera en catalán tiene apenas un mes y, próximamente, será editado en inglés. Todo un éxito y un merecido premio al trabajo bien hecho. Esperemos que su próximo proyecto tenga, como mínimo, la misma repercusión (y que tanto Sergio como Meritxell vuelvan a visitarnos).