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| Daredevil, Punisher y Lobezno |
Al menos eso es lo que se desprende tras leer tres de las novedades de Panini para este mes de Enero, que o bien cierran etapas de los justicieros más reconocibles del Universo Marvel o abren nuevas vías para alguno de ellos.
Empezamos con Daredevil, tal vez uno de los personajes de la Casa de las Ideas más vapuleados a lo largo de su existencia. Tras las interesantes etapas de Bendis y de Brubaker, el encargado de recoger el testigo fue Andy Diggle que, sinceramente, no ha estado a la altura de sus predecesores. Como lazo a su etapa nos ofrece Daredevil: Renacimiento, una historia tan trivial como eficazmente contada, que se lee con la misma facilidad con la que se puede olvidar, y deja a nuestro querido Cuernecitos a la espera de tiempos mejores.
Y otro que finaliza etapa es Rick Remender como guionista de Punisher, el justiciero implacable por excelencia. Un personaje demasiado estereotipado y plano que, tras el paso de Ennis por la colección, estaba derivando peligrosamente a una caricatura de si mismo. Pero vino Remender y demostró que se podían escribir historias un tanto diferentes sobre Castle, tal vez demasiado diferentes para el lector habitual del cómic del Castigador. Aún así, es una etapa muy interesante de leer y el colofón, que nos presenta en Punisher: En carne y hueso, también lo es, y además cierra todas las puertas que él mismo había abierto. Camino despejado para Rucka, que será quien decida a partir de ahora el destino de este implacable justiciero.
Por último, tenemos al justiciero mutante Lobezno, que estrena nueva cabecera. En Lobezno: Contagio, Logan es secuestrado por Winsor, un multimillonario mutante megalomaníaco que, como si de un conejillo de indias se tratara, lo someterá a un sinfín de pruebas a fin de obtener una cura para la terrible enfermedad que tiene su hijo. Un cómic crudo, lleno de muertes sin sentido y mutilaciones, con guión de Charlie Huston y con el excelente dibujo del español Juan José Ryp, muy adecuado para esta historia llena de escenas explicitas y ultraviolentas, y que tal vez constituya uno de sus mejores trabajos hasta la fecha. Y tal vez, el mejor de los tres que hoy comentamos.
