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Que difícil es ser superhéroe adolescente |
Antes de que Kirkman se hiciera tremendamente popular con sus zombis, tanto los propios como los marvelitas, empezó a despuntar en Image con sus guiones de superhéroes. Y la perla es, sin duda, Invencible.
Robert Kirkman nos presenta en Invencible a Mark Grayson, un chaval de instituto, con los típicos problemas de la adolescencia, con la cabeza hecha un lío entre las responsabilidades, los estudios y las chicas. Pero Mark no es un chico cualquiera. Para empezar, su padre es Omni-Man, el superhéroe más poderoso del planeta. Y por si fuera poco, parece ser que él ha heredado los poderes de su padre.
Mentiríamos si dijésemos que el tema del superhéroe adolescente es una idea original (Spiderman, el ejemplo más notorio de ese arquetipo, acaba de cumplir 50 años). Entonces, ¿dónde está la novedad? En el enfoque de Kirkman, y en la combinación y tempo que sabe dar al relato. Acción, rutina, humor, drama, suspense, momentos épicos y escenas cómicas que rayan la parodia se suceden unas a otras. Todo eso está en Invencible, en su debido momento y en su dosis adecuada, convirtiendo su lectura en cualquier cosa menos monótona, y hacen que sea la típica atípica serie de superhéroes. Sinceramente, nunca antes había sido tan divertido leer la historia de el hijo adolescente de Supermán. Perdón, queríamos decir Omni-Man... Esa es otra de sus virtudes, los incontables guiños que hace a la propia industria del cómic, y como sabe darle otro punto de vista, entre irónico y paródico, a los clichés del género
Estamos también ante una serie en la que el guión prima sobre el dibujo. Eso no quiere decir que Cory Walker (co-creador del personaje junto a Kirkman) o luego su sustituto, Ryan Ottley, no cumplan su trabajo. Ambos tienen un estilo de linea clara, sin artificios innecesarios ni barroquismos que distraigan de la lectura del cómic. Ésta es su principal virtud, la magnífica labor que desempeñan en cuanto a narrativa secuencial (facilitando el seguimiento de los diálogos, de la acción, insertando splash-page cuando toca y no por mero lucimiento), uno de los pilares básicos de un buen tebeo, y ésto lo es. Indudablemente.
Ahora, Aleta y Dolmen acaban de publicar un tomo de lujo que recopila los primeros cinco volúmenes de la serie, a un tamaño más agradecido (por no decir adecuado) que el de la serie regular y con mucho, mucho, material adicional, desde bocetos, imágenes promocionales e incluso fragmentos de guión, por lo que, si no os habéis acercado aún a este cómic, ahora es el momento ideal. Y si ya lo habíais hecho antes, también.