Un tebeo con Matt Fraction y David Aja suele ser buena señal. Muy buena. Su anterior trabajo en El inmortal Puño de Hierro les supuso éxito de crítica, público, algunas nominaciones y también premios. Ahora, transcurridos algo más de cinco años y con muchos tebeos a las espaldas, ambos vuelven a colaborar en el lanzamiento de la nueva serie sobre Ojo de Halcón. Y regresan por la puerta grande.
Matt Fraction mezcla varios géneros en su composición del personaje. Encontramos elementos típicos del género de espías al más puro estilo James Bond, presentando a Clint Barton como un agente libre de Shield, del cine de acción y sus clásicas persecuciones en coche, y evidentemente, del de los superhéroes clásicos, con un Ojo de Halcón ejerciendo de justiciero que se pone del lado de los débiles, defendiendo aquello que él considera justo y a aquellos que él considera como su familia (lo cual nos hace recordar las mejores épocas de Daredevil), capaz de robarle al poderoso, especialmente, si éste ha conseguido el dinero de forma poco legal, para defender al pobre, como si se tratara de un moderno Robin Hood. En estos primeros seis números, aparentemente inconexos y con historias autoconclusivas, repletas de humor, diversión y acción frenética, Fraction planta la semilla de lo que será su versión del personaje, más cercano al arquetipo de los héroes de acción de los setenta que del concepto de superhéroe actual.
Y a los lápices tenemos a David Aja (con un excelente interludio a manos de Javier Pulido en la aventura de dos episodios La cinta, todo un homenaje al cine de espías), empeñado en dar una lección magistral, en cada página, de composición y de arte secuencial. La acción fluye en sus viñetas, con una composición de página nada clásica y absolutamente dinámica, de tal manera que los personajes parecen estar siempre en continuo movimiento, y a veces consigue hacernos creer que estamos en nuestra sala de cine preferida, con el runrun de fondo del proyector, sentados cómodamente en la butaca, palomitas en mano, y disfrutando de una buena película de aventuras. David Aja aúna en su dibujo varias influencias, desde Mazzucchelli hasta Chris Ware, pero lo hace con voz propia, única y totalmente reconocible.
En Ojo de Halcón: Seis días en la vida de... Matt Fraction y David Aja demuestran que se pueden crear cómics comerciales que sean atrevidos desde el punto de vista formal, y que además resulten divertidos sin que sean un insulto a la inteligencia. Y que encima parezca que tal proeza es fácil de hacer.