Adaptación de Corominas del clásico de Oscar Wilde |
Podría decirse que Dorian Grey es la historia de un reencuentro. Ciertamente, Corominas no es un recién llegado al medio, ni mucho menos. De hecho, entró en el mundo del cómic de la mano de uno de los mejores embajadores que nos ha dado este país, Josep Toutain, y a través de una de las revistas más emblemáticas (de hecho, en su relanzamiento), la mítica Creepy.
Centrado durante mucho tiempo en el campo de la ilustración, Dorian Grey nos devuelve a un autor que, si no fuera por las particulares circunstancias del mercado español, no debería haber abandonado nunca el mundo del tebeo. Y nos lo devuelve por la puerta grande. La adaptación de la historia clásica de Oscar Wilde es simplemente genial, y encaja perfectamente en uno de los conceptos que Corominas quiere destacar de esta obra, El Arte por el Arte, la búsqueda de la Belleza por encima de todo y el triunfo de la sensualidad y de los sentidos por encima de la Razón. Corominas divide su historia en cinco actos, presididos por el perturbador retrato de Dorian, y cada uno de ellos está claramente diferenciado en cuanto a estilo de dibujo y paleta de colores escogidos, empezando la historia con un colorido absolutamente impresionista y acabando con una paleta reducida, cada vez más sombría. Este es un trabajo hecho con tiempo, con cariño y con devoción, y que lo transmite página a página, lo cual es de agradecer teniendo en cuenta los tiempos ajetreados que corren.
Un gran tebeo, editado magníficamente por Diábolo, que contentará tanto a los amantes del cómic como arte como a aquellos que lo desconocen y deseen aproximarse a él. Una pequeña gran joya.
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